En este trabajo usted conocerá facetas inéditas de su vida, contadas por su nieto Rodolfo, quien confesó a Radio Cadena Habana que su abuelo es de ascendencia aborigen.
Siempre sintió gran admiración por todo lo relacionado con los aborígenes cubanos, por eso a sus 5 hijos los inscribió con los nombres de Guarionex, Guarina, Hatuey, Anacaona y Caonao, conocidos nombres aborígenes.
Sindo Garay fue un músico cubano que sin contar con formación académica, supo ganarse un sobresaliente lugar en la trova tradicional.
¿En qué medida la impronta aborigen es perceptible en la obra de su abuelo?
En la totalidad de sus canciones siempre hay algún elemento indígena. Ejemplo de ello es “Al Camagüey” conocida además como “Aún quedan indios” , escrita en 1917. Es un tema con su génesis en un atropello a la población indígena de esa región del país. Posee un contenido patriótico, no es conocida, aunque se recoge en cintas magnetofónicas.
Gracias a la labor de rescate de la EGREM, de más de 100 títulos de Sindo, muy pronto estará a disposición de la población.
Muchos llaman a Sindo compositor prolifero, por el elevado número de obras. ¿A qué edad comenzó a componer?
Compuso su primer bolero a los 12 años y lo tituló Quiéreme trigueña. Lo dedicó a una descendiente de aborígenes de la zona de Baracoa, que vio por segunda vez en ocasión de un viaje a Guantánamo que hizo junto al compositor Pepe Sánchez para que los trovadores de allí lo conocieran. Por esos días Sindo se iniciaba en el mundo de la música. “Quiéreme trigueña” tiene un texto muy simple, pero refleja la influencia de los cantores santiagueros de la época.
¿Qué otras historias denotan su inteligencia musical?
El hecho de aprender a ejecutar la guitarra a los 9 años, de oído, lo que representó una sorpresa para amigos y familiares. Fue con la guitarra de Pepe Sánchez quien acostumbraba a dejar el instrumento en la casa de mis bisabuelos, lugar de tertulias, reuniones trovadorescas e independentistas, pues tanto Pepe Sánchez como los padres de Sindo, tenían vínculos con miembros del Ejercito Libertador.
¿Qué representó Pepe Sánchez para su abuelo?
Fue su primer y único maestro de guitarra, y lo hizo sin métodos académicos, simplemente transmitiéndole sus experiencias que eran bastante amplias.
Su entusiasmo por la música creció junto a las composiciones que fueron más periódicas. Entonces tenía 14 años y compuso el tema “Adiós ingrata”, texto de clarísima señal romancista símbolo de todas sus creaciones. Pero a pesar de sus inclinaciones musicales tuvo que abandonar ese mundo, ¡que no daba ni para comer!. Eran 4 hermanos, los padres y una la situación económica difícil. Había que dedicarse a algo más que al universo de la composición y las cuerdas, porque eso no llenaba el estómago.
¿A qué actividad se dedicó?
Se vinculó con los circos que por esa época eran itinerantes. Entró en ese mundo, haciendo algunas maromas, y tocando la guitarra. Hasta los 18 que se enlazo de manera oficial con las actividades circenses. Trabajo como Payaso.
Lo aprendió con el Bufo Pito, quien era de origen brasileño, pero muy popular en Cuba por esa época. Hacia también un número llamado “la percha japonesa”, consistía en que un forzudo sostenía sobre uno de sus hombros una pértiga de 5 ò 6 metros de altura por donde mi abuelo subía hasta llegar a lo más alto. Allí hacía ejercicios acrobáticos, algo que resultaba cómodo para el forzudo, teniendo en cuenta la estructura corporal de mi abuelo. Era delgado y pequeño.
¿Qué otros beneficios le trajo el circo además de los salariales?
Tuvo la posibilidad de viajar por varios países de América Latina, desde América Central hasta el sur del continente, alternado sus actividades circenses con sus canciones. En uno de esos viajes conoció una estrofa de uno de los versos de la poetisa puertorriqueña Lola Rodríguez de Tiola, la que utilizó en la primera parte de su mundialmente conocido bolero “La tarde”.
Posteriormente en su andar por los llanos de Venezuela conoció otro verso anónimo que incorporó también al bolero, en su segunda parte. Este detalle mi abuelo casi lo había olvidado, tanto es así, que en muchas ocasiones al hacer referencia a La Tarde manifestaba: ¡Ese texto es del compositor Amado Nervo!… Pero realmente es anónimo. Sucede que al agregársele la música ambas rimas empastaron tan bien que nadie advierte la mano de 2 poetas diferentes. Es uno de sus boleros más reconocidos.
Llamó la atención de los grandes compositores cubanos Ernesto Lecuonay Gonzalo Roig. A este último le fue dedicado.
¿Cuál fue la reacción de ambos compositores al escuchar el bolero?
Mi abuelo siempre contó que Roig le dijo ¡cuánto me hubiera gustado escribirlo yo”! , y Lecuona lo calificó de milagro, de composición perfecta. Elogios que en boca de ambos compositores avalan el mérito poético y sonoro del bolero.
Este tipo de maniobra como podemos llamarle, a utilizar en un tema musical textos de dos poetas mi abuelo lo hizo en otra oportunidad, al componer el tema “El Erial”. Ahí utilizó estrofas de los poetas españoles Gustavo Adolfo Becker y Pedro Mata.Pero a pesar de haber un empaste sonoro perfecto, la segunda estrofa ha llamado la atención de muchos, por el trato que en ella se da a la mujer, al decir: “Mujeres infames seres, que perturbaron mi vida, menos tú, que tú no eres, como las demás mujeres, madre del alma querida. Quien conoce medianamente la obra de mi abuelo encuentra en estos versos una total dicotomía con el resto de sus textos. En ellos mi abuelo exhibe a la mujer como un ser adorado, merecedor de elogios y odas, a pesar de haber tenido sus encontronazos con ellas.
Creo que luego de esta entrevista todos sabrán por qué las palabras de la segunda estrofa, no concuerdan con la manera de escribir de mi abuelo al referirse a la mujer.
El encuentro entre Manuel Corona y Sindo Garay. Cómo fue.
Fueron muy amigos, se conocieron en un café ubicado en las calles Egido y Merced, en La Habana Vieja. Corría el año 1913 y Corona le compuso a mi abuelo un bolero cargado de alabanzas. Pero como la situación en La Habana era cada vez más difícil mi abuelo tuvo que regresar a Santiago de Cuba. Bajo esa circunstancia de presión e inconformidad, compuso un bolero que tituló “Adiós a La Habana, que al parecer molesto a Corona. Este ripostó con el título, ¿De qué te quejas bardo sublime? Al conocerse el tema en Santiago de Cuba, Amado Manuel Cardona, reconocido músico santiaguero, salió en defensa de Sindo con el bolero “Sindo sublime”, pero le proveyó un sentimiento tan regionalista, que aquello fue una explosión, creando una situación tan difícil que la secretaría de gobernación prohibió las controversias entre trovadores. Mi abuelo de manera particular también le puso coto a la situación con la canción “Habana querida” una de las que está en proceso de recuperación por la discográfica EGREM.
Después de este incidente sonoro ¿cómo se manifestó el desarrollo musical de Sindo?
En 1918 compuso Mujer Bayamesa, conocida como su gran canción, a lo que Corona respondió con el título La Habanera. En 1920 compuso Rayos de Oro, y Corona nuevamente responde con Rayos de Plata. Después mi abuelo hizo un bolero cuya grabación con sus hijos se conserva:“Merceditas” y Corona hizo uno titulado “El último adiós a Mercedes”. Esta representó la última respuesta de Corona a Sindo. Y Como alega nuestro investigador musical Lino BetancourT: !Esas son cosas de la trova!
Existe algún periodo en el que Sindo se haya destacado en cuanto al número de composiciones?
Mi abuelo se movió indistintamente por todo el país. En varias ocasiones se radicó en La Habana, regreso a Santiago de Cuba. ¡No podía estar quieto! Pero realmente sus mejores boleros y la mayor cantidad de ellos los hizo en la capital, después de la década del 20. Ejemplo es “El Huracán y la Palma”.
¿Qué motivó a Sindo a relacionar el Huracán y La Palma. Dos elementos tan diferentes?
Luego de los sucesos del ciclón mil 926, en una de las revistas de la época se publicó la foto de una palma atravesada por un pedazo de madera, allá en la zona de Batabanò, como muestra de la fuerza de los vientos. La foto impactó a mi abuelo que en una traslación poética vio en aquella palma herida por el madero a Cuba, herida y mancillada. Es una canción bellísima.
¿Cómo fueron las relaciones de Sindo con sus hijos?
En la medida que crecieron mi abuelo los adiestró en las cuestiones de la trova. Los trajo para La Habana. Primeramente fue a Guarionex, después a Guarina, la hembra cantante y a Hatuey, quien cantaba y tocaba el serrucho. Un serrucho de carpintero al que sacaba bellas melodías acompañado por un arco de violín. Ellos actuaban junto a mi abuelo, hacían voces segundas y terceras. Los otros dos hijos no siguieron el camino de la música.
De la esposa de Sindo, tu abuela, ¿que conoces?
Mi abuela se llamó María Petronila Téllez .Era originaria de Republica Dominicana. Descendiente de los indios del Sibao y de aztecas. Fue la madre de los 5 hijos de Sindo. Sucede que esa vida itinerante de mi abuelo ella no la resistió y en el año 1911 regreso a su país. Mi abuelo se hizo cargo de sus hijos no obstante continuó su vida de bardo. Vivió en La Habana en múltiples sitios. El mismo se construía sus casitas. Hizo una en el Cerro, en lo que hoy se conoce como Tulipán y Clavel. Vivió también frente al cementerio de La Lisa y de igual forma estuvo un tiempo en la casa del trovador habanero Nene Enrizo. En el año 1961, la compositora cubana Tania Castellanos y dirigentes del Sindicato de Artistas de la provincia de Oriente, hablaron con el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, para otorgar a Sindo una vivienda decorosa, donde pudiera hacer un trabajo de recuperación de toda su música, entonces dispersa, a consecuencia de la vida que llevó. Fue así como mi abuelo se radica definitivamente en esta casa del Vedado capitalino, donde vivió aproximadamente 10 años hasta el momento de su desaparición física.
En esta casa no compuso por la avanzada edad. Su última canción “El Testamento Lirico”, fue creada en 1955, de ella no se guarda grabación, aunque en Cuba hubo un tenor que la cantó mucho.
En el trabajo de recuperación musical ¿quiénes acompañaron a tu abuelo?
El Maestro Leo Brouwer, y Jesús Ortega, quienes trabajaron muchísimo en esta labor de recuperación, entre otros músicos, clásicos y trovadores. En esa época mi abuelo padecía de artrosis generalizada y a consecuencia de un accidente en el dedo anular de su mano izquierda tratando de arreglar mi bicicleta, no pudo volver a tocar la guitarra nunca más. Aquello no lo amilanó. Recuerdo que como no podía mostrar en la práctica donde quería poner ciertos y determinados acordes, entonces dictaba lo que deseaba. Un día uno de los músicos no conseguía poner el acorde en el sitio exacto. Se sintió presionado y le dijo a mi abuelo. ¡Sindo eso que usted quiere es imposible, no cabe en el brazo de la guitarra! Automáticamente mi abuelo cogió la guitarra y aún con las dificultades en su dedo anular, logró poner el acorde donde quería. El músico entonces le dijo ¡Coño Sindo quien iba a pensar que eso era lo que usted quería. A lo que mi abuelo le respondió: El problema es que en el brazo de tu guitarra ese acorde no cabe, pero en el mío si:
Rodolfo guardo con celo durante mucho tiempo varias de las obras de su abuelo, a la espera de poderlas recuperar. Finalmente la Casa discográfica EGREM asumió la encomienda, ahora en proceso.
Solo falta esperar para disfrutar de una obra imperecedera por sus valores poéticos y musicales
Por María Regla Figueroa Evans.