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Esteban Campuzano, pertinaz defensor de la guitarra cubana

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La guitarra en Cuba tiene una escuela reconocida en el mundo entero con destacados exponentes en lo clásico y lo popular. Entre las personalidades que continúan la tradición del instrumento y forman a las nuevas generaciones, sobresale el maestro Esteban Campuzano.

Orquesta Juvenil de Guitarra

Orquesta Juvenil de Guitarra, en el centro el maestro Esteban Campuzano

En uno de los salones del Conservatorio Guillermo Tomás, del municipio habanero de Guanabacoa, conversó Radio Cadena Habana con el connotado profesor.

¿Cuáles influencias considera esenciales en su afición por la guitarra?

Desde muy temprano me sentí atraído por la música. Todos en mi familia materna estaban vinculados con ella de alguna manera y fue mi mayor influencia. Mi madre y mis tíos trabajaban como profesores en algunos colegios y mi abuelo era el director de la Banda del Ejército antes de 1959.

Esteban Campuzano ha consagrado su vida al estudio y la enseñanza de la guitarra, ¿cómo recuerda los primeros años de su carrera profesional?

Luego de mis inicios en mi natal Guantánamo, estudié en el Instituto Superior de Arte, donde tuve excelentes profesores como Rey Guerra. En otros momentos recibí clases con diferentes maestros, entre los que no puedo dejar de mencionar a Leo Brouwer y al griego Costa Cotsiolis. Al graduarme, comencé como solista de música de concierto y luego trabajé en otros países, donde alterné la docencia con la música popular en algunas etapas de mi vida.

Sin dudas, siguió los pasos de varios familiares y hoy es imposible mencionarlo sin referirnos a su encomiable labor como docente. ¿Qué satisfacciones le ha dado este quehacer?

Trabajo como profesor en el Departamento de Guitarra del Instituto Superior de Arte, soy Jefe de la Cátedra de Guitarra del Conservatorio Guillermo Tomás y del Amadeo Roldán. Igualmente, imparto clases en la Escuela Nacional de Música. Son muchas tareas, pero todas se cumplen y me hacen feliz porque veo los resultados en la calidad profesional de mis alumnos.

Creo no equivocarme si aseguro que uno de sus grandes aportes es la creación de la Orquesta Juvenil de Guitarra, que ha conseguido gran prestigio en eventos nacionales e internacionales. ¿Qué distingue a ese colectivo?

Nació en este conservatorio, donde ahora conversamos. Recuerdo que fue en el año 2010 y había muchos alumnos de la especialidad de guitarra. Hice la agrupación con dieciséis discípulos, que al concluir sus estudios, pasaron a ser profesionales de la Empresa “Antonio María Romeu”. El nombre de Orquesta Juvenil de Guitarra se definió porque la mayoría de sus integrantes cuando comenzaron eran adolescentes y hoy no han cumplido los veinticinco años de edad.

¿Cómo está concebido el repertorio de la agrupación?

Es amplio y abarca desde la música barroca hasta la contemporánea, pero también hacemos muchas versiones de temas populares, como canciones de Pablo Milanés y de los cultores de la trova tradicional cubana. Siempre estamos innovando y los muchachos tienen total libertad artística para emplear la creatividad desde sus propias percepciones, sin perder el rigor profesional y resaltar nuestra cubanía.

¿Existen espacios habituales para disfrutar del talento de la Orquesta Juvenil de Guitarra?

Hacemos una peña mensual en el Museo Histórico de Guanabacoa, donde compartimos cada vez con una personalidad diferente de esta villa habanera e intercambiamos nuestros temas con la presentación de obras del invitado. También en el Convento de Belén, en la Habana Vieja, hacemos conciertos cada dos meses y asisten, fundamentalmente, los adultos mayores, que son atendidos en esa institución. Son momentos muy interesantes de interrelación de distintas generaciones, que se sienten atraídas por nuestra música. Pero, además, los integrantes de la orquesta participan en otros proyectos como músicos o profesores y se presentan en disímiles instalaciones.

¿Cómo valora Esteban Campuzano el futuro de la guitarra cubana?

Nuestra guitarra goza de excelente salud. Los concursos internacionales que hacemos en el país así lo demuestran. Asisten cubanos y extranjeros de gran renombre porque lo consideran un evento de alto nivel. Una de las experiencias más hermosas que constatamos es que muchos ganadores del certamen son egresados de la enseñanza artística nacional que han desarrollado carreras muy exitosas a nivel mundial.

Por Katia Camejo Montpeller


Trío Amanecer: Cofradía de laúd, tres y piano

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El reconocido músico cubano Efraín Amador (guitarrista, tresista, y laudista), su esposa, la pianista Doris Oropesa y la primogénita de ambos, Ariadna (tresista, pianista y compositora), decidieron unirse y formar el Trío Amanecer, nombre que además de pertenecer a la hija más pequeña del matrimonio, simboliza el acercamiento del laúd y el tres al piano, como parte de una alborada que desanda los más hermosos senderos de la música cubana, legada por quienes nos antecedieron en el tiempo.

Efraín y Doris son fundadores de la Escuela Cubana del tres y el laúd, instaurada progresivamente a partir de 1989  en los tres niveles académicos de la enseñanza musical cubana: Elemental, Media y Superior

«A la fundación de la escuela Cubana del tres y el laúd le antecede un arduo trabajo de investigación», dijo Doris a la página web de Radio Cadena Habana. «Viajamos por toda la Isla, conocimos a legendarios exponentes de ambos instrumentos; exploramos cada uno de sus detalles musicales, orígenes e historia, hasta su evolución y actualidad y luego transcribimos toda esa música, en algunos lugares olvidada. La labor fue difícil, no obstante nos sentimos satisfechos porque gracias a ese esfuerzo los estudiantes cubanos tienen un método de estudio del tres y el laúd.  Una escuela que, hasta la fecha,  graduó a cientos de laudista y tresista, muchos de ellos diseminados por todo el mundo».

Tanto el tres como el laúd son generadores de los complejos del Son y del Punto Cubano, respectivamente, y constituyen pilares fundamentales en la conformación de la música que hoy caracteriza nuestra identidad nacional. A ello se suma que el tres es el único cordófono surgido en Cuba.

Efraín, Doris y Ariadna pertenecen al Centro Nacional de Música de Concierto, subordinado al Instituto Cubano de la Música y, aunque siempre trabajaron juntos, decidieron formar oficialmente el trío en el 2004 para hacer Música de Cámara con instrumentos de tradición popular, junto al piano.

La más reciente producción discográfica de Amanecer, titulada “Cubanías”, es un álbum que consta de dos CD. En él aparecen por vez primera obras de Cámara inéditas, originales para laúd y tres, instrumentos que alternan con dúos, tríos y cuartetos.

Con una trayectoria nacional e internacional de 13 años, Amanecer realizó profundas investigaciones sobre la música folclórica y popular cubana y creó un repertorio dotado de elementos de nuestras raíces más originarias. Ello le posibilitó alcanzar premios en concursos nacionales de Composición, auspiciados por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y por la Dirección de la Enseñanza Artística.

«La música compuesta por el trío, agregó Doris, se caracteriza por una definida conceptualización contemporánea, por un “pensamiento musical” con alto grado de elaboración en lo formal, lo armónico y contrapuntístico, en su sentido polirítmico. En ella se observa un dominio total de las sonoridades de raíz cubana y una amplia información de la música universal».

Efraín, y Doris, además de impartir clases en la Universidad de las Artes, se presentan junto a Ariadna  a las 4 de la tarde, los segundos sábados de cada mes, en la Sala Rubén Martínez Villena de la Uneac, en un espacio donde la interacción del laúd y el tres junto al piano, demuestran la belleza, versatilidad sonora y rítmica de la música cubana de todos los tiempos, así como la creatividad y originalidad de Amanecer.

Por María Regla Figueroa Evans

Joaquín Borges Triana, la música como una gran riqueza para Cuba

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Reconocer a los músicos cubanos por sus aportes a nuestro pentagrama, sin importar en qué lugar residan, ha sido una de las mayores contribuciones de Joaquín Borges Triana, ganador del Premio de Periodismo Cultural 2016.

Como colega y amigo este periodista y crítico musical, accedió a una entrevista con Radio Cadena Habana, en la que no falta su genialidad de excelente comunicador.

¿Cuáles considera que han sido las mayores influencias en su vida como intelectual de nuestro país?

Joaquin Borges Triana

Joaquín Borges Triana, periodista y crítico musical cubano

Me considero afortunado porque me tocó una familia con inquietudes artístico-intelectuales, de muchos músicos, se leían diferentes libros y cotidianamente hacíamos tertulias e íbamos a conciertos. Disfruté todo eso desde niño, lo incorporé y continúo haciéndolo como adulto. Por otra parte, mi madre me educó como a cualquier muchacho y no me sobreprotegió por tener un impedimento físico, que es la ceguera. No puedo negar que como melómano empedernido, he escuchado miles de discos y eso ha contribuido a sedimentar mis conocimientos.

Los infinitos deseos de ampliar sus saberes hicieron que Joaquín Borges Triana estudiara guitarra clásica, a la par que realizaba su formación académica en la enseñanza general. Sin embargo, ¿usted nunca quiso ser un profesional de la música?

Mira, vencí el nivel elemental, me faltó un semestre para concluir el nivel medio y el Ministerio de Cultura me otorgó una beca para estudiar música en la antigua Checoslovaquia, pero a mí me gustaba el arte sonoro solo para disfrutarlo. Mi sueño era matricular como alumno de una ingeniería que equivalía a lo que hoy es la Informática. No fue posible que me concedieran la carrera y decidí optar por Periodismo, que también me gustaba.

Su trayectoria como periodista desde hace 30 años ha sido muy fructífera y versátil. ¿Qué órganos de prensa han marcado su desempeño en todo este tiempo?

En honor a la verdad, debo reconocer que gracias a mi amigo Alexis Triana colaboré por primera vez con el diario “Juventud Rebelde”. Eran los últimos años de la década de los 80 y entregué un análisis dedicado a la llamada Generación de los Topos, sobre la hornada de trovadores que había surgido en Cuba en aquel momento. El periodista Ángel Tomás, entonces editor de la página cultural del citado órgano de prensa, me propuso hacer una columna y así nació el espacio denominado “Los que soñamos por la oreja”, que ya tiene tres décadas de existencia. Tal sistematicidad me dio a conocer y trabajé en otros medios. Por algún tiempo fui parte del colectivo de la revista “Alma Mater”, colaboré con las emisoras Radio Ciudad y Radio Rebelde y en 1996 me pidieron ingresar en la publicación “El Caimán Barbudo”, en la cual he escrito sobre diversos temas y en la que pienso permanecer hasta mi jubilación.

Uno de sus mayores aciertos ha sido realizar una tesis doctoral en arte cubano con una temática que nadie más ha hecho en esta Isla. ¿Cuáles aportes usted le ha dado a nuestra música a partir de esa investigación inicial?

Valga aclarar que mi tesis es sobre la música popular urbana en Cuba, área en la que nadie más en nuestro país ha hecho este tipo de estudio. Para mí fue importante porque seguía mi línea de intereses de investigar acerca de la relación entre arte sonoro y sociedad. Así abarco las expresiones musicales de la ciudad, que surgen desde los márgenes, normalmente no legitimados por el discurso oficial, entendido en el mejor sentido de la palabra. Sé que he hecho algunas clasificaciones y he impuesto terminologías que empiezan a usarse en el ámbito musicológico, tales como música alternativa y canción cubana contemporánea. Son términos que acuñé para títulos de trabajos y los fui conceptualizando. Me dedico igualmente al fenómeno del carácter transnacional de la música hecha hoy por los cubanos a partir de los procesos diaspóricos. Indago qué ha pasado con los miles de músicos coterráneos que han emigrado a diversos confines del mundo, sobre todo luego de los años 90 y hasta la actualidad.

Sabemos que es uno de los pocos críticos musicales con que cuenta nuestra Isla. ¿Qué opinión le merece el desarrollo actual de la música cubana?

No es un secreto que este es un país muy musical. He escuchado quejas sobre una supuesta crisis en la enseñanza por déficit de profesores, pero la realidad es que asombra la cantidad de excelentes profesionales que se gradúan en los conservatorios, como mismo es sorprendente el total de músicos cubanos que viven en el exterior. Pero en esta Isla no se nota ese déficit, porque por muchos talentos de nuestro pentagrama que se han ido a residir al extranjero, aquí aparecen constantemente jóvenes virtuosos. Asisto siempre a los festivales Jojazz y es admirable constatar la preparación que traen esas noveles figuras. Vivimos en una nación con una extraordinaria riqueza musical, por lo que podemos sentirnos tranquilos en tal sentido, al punto que estoy seguro que la música pudiera ser una gran fuente de ingresos económicos para Cuba.

Agradecemos a Joaquín Borges Triana por compartir parte de su tiempo con Radio Cadena Habana, le deseamos éxitos en sus nuevos empeños y le recordamos que siempre será bienvenido en la emisora de la música cubana.

Por Katia Camejo Montpeller

Omar Ahmed, un especial gusto por la canción cubana

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En nuestras localidades surgen nuevos talentos que poco a poco trascienden los límites territoriales y logran éxitos en otras instancias, pero no pierden la raíz de la música cubana y de la patria chica que los vio nacer. Uno de esos magníficos aportes lo ha dado la villa de Guanabacoa a la cultura nacional con el vocalista Omar Ahmed.

Clasificado como cancionero, con una tesitura de tenor lírico, se mueve dentro de los géneros: balada, canción, feeling, bolero y fusión. Su carisma le ha permitido integrar un repertorio con lo mejor de la música nacional e internacional.

Escuchar sus interpretaciones dio paso al diálogo con Radio Cadena Habana.

¿Cómo recuerda sus comienzos en su natal Guanabacoa?

Omar Ahmed: Desde bien pequeño quise cantar y me vinculé a la Casa de Cultura del municipio, un lugar que siempre me brindó su apoyo y por el que siento especial cariño. Luego tuve la suerte de tomar otros rumbos que me enriquecieron como artista.

Sabemos que usted recibió clases de destacados profesores, ¿a quiénes considera pilares en su formación?

O.A: Tuve la dicha de recibir clases de repertorio de la destacada cantante y compositora cubana Isolina Carrillo durante tres años y eso fue definitorio en el artista que soy hoy. También debo agradecerle a mi maestro Alberto Palanca, quien me guió en el canto por muchos años hasta su deceso hace algún tiempo. Me gradué en el 2001 del nivel medio de canto en el Centro Provincial de Superación para la Cultura Félix Varela.

Su trabajo como profesional atraviesa diferentes etapas, que incluyen una primera como solista desde el año 1996 hasta el 2000 y desde entonces comenzó otra hasta el 2007, donde trabajó en solitario y también a dúo con la cantante Maureen García Iznaga. De esa época han quedando varios fonogramas, ¿cuáles son los más importantes?

O.A: Para mí fue esencial esa segunda etapa por la gran repercusión de ese dúo a nivel nacional, hasta llegar a realizar el CD “Fiebre de ti” con canciones de Juan Arrondo. Este fue grabado en los estudios Eusebio Delfín, de Cienfuegos, con la producción de Lázaro García y arreglos musicales del maestro Pucho López. En este disco participan varios músicos de prestigio entre los que se destaca el laureado trío Trovarroco. Este trabajo salió a la luz bajo el sello Colibrí y obtuvo una nominación en la categoría Cancionística en el Cubadisco 2005. Antes de esa producción había participado como invitado en otros fonogramas, pero fue el del homenaje a Arrondo el que consolidó mi quehacer artístico.

Su repertorio es muy abarcador, pero ¿me equivoco si aseguro que Omar Ahmed prefiere interpretar canciones?

O.A: En realidad uno tiene que abarcar la mayor cantidad de géneros y tener conciencia de lo que puede y no puede hacer. Pero sí, tienes razón al asegurar que los temas más líricos se me dan muy bien.

Otra de sus facetas que ya le va dando frutos son sus composiciones musicales. ¿Tiene algún proyecto en ese sentido?

O.A: Pues sí, ya llevo varios años escribiendo mis propios temas, es algo que me da mucho placer y que poco a poco desarrollaré para completar alguna nueva producción discográfica. Algunas de esas piezas se escuchan por la radio, sobre todo una titulada “Y cuéntale”, que me ha dado gran satisfacción. Otras son: “Si quisieras” y “Será el amor”, todas con buena promoción en las emisoras nacionales.

Actualmente lo distingue su trabajo con la Camerata Habana Martin. ¿Qué nuevas oportunidades le ha permitido esta etapa?

O.A: Esta pudiéramos considerarla como una tercera etapa, donde he vuelto a mi labor en solitario y a partir de ahí trabajo buscando nuevos horizontes de desarrollo. El más importante ha sido junto a la prestigiosa pianista, arreglista, repertorista, directora de orquesta y compositora Ana Martín. Pero hay otras búsquedas y colaboraciones, que incluyen lo hecho con el maestro Nelson Camacho, donde he montado en mi voz obras del cancionero lírico cubano. Continúo incursionando en posibilidades que aparecen, pero siempre defiendo los mejores valores de la música cubana, de la que me siento hijo legítimo.

Agradecemos a Omar Ahmed su entrevista para Radio Cadena Habana y le deseamos muchos éxitos en su carrera musical.

Por Katia Camejo Montpeller

Maikel Elizalde, ¿tresero por accidente?

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El tres marca el ritmo en el son cubano y ha creado una escuela formadora de los estudiosos y ejecutantes de ese instrumento sonoro, mundialmente reconocido por el talento de músicos que lo hacen suyo, como el villaclareño Maikel Elizalde.

El audaz tresero, integrante del famoso trío Trovarroco confesó en entrevista para Radio Cadena Habana que llegó al instrumento de cuerdas casi accidentalmente.

Maikel Elizalde: En realidad empecé en la percusión. Jamás hubiera pensado que iba a tocar el tres, para mí era solo para personas muy adultas. Yo traté de matricular en la Escuela Nacional de Arte, pero no tenía edad para lograrlo y me vinculé a una casa de cultura, donde aprendí a desempeñarme en diferentes instrumentos de cuerdas y hacía el bajo eléctrico en un grupo. Casualmente enfermó el que ejecutaba el tres y el profesor me pidió sustituirlo porque yo era el de más condiciones en ese momento. Luego, me presenté en los exámenes de la ENA y obtuve 100 puntos con felicitaciones. Pancho Amat estaba en el jurado y me aseguró que a pesar de que no me gustaba tocar el tres, era el instrumento que mejor yo ejecutaba.

No es difícil entender la admiración que Maikel Elizalde siente por Pancho Amat y por otros sobresalientes treseros de nuestra Isla. ¿A quiénes usted considera fundamentales en su formación?

M.E: Yo siempre digo que Pancho fue el que me dio el empujón que necesitaba. No hay dudas de que él es el padre del tres en Cuba. Ha sido un gran cultivador del instrumento y un defensor del mismo porque no siempre se le dio la importancia que tiene en nuestra música. Igualmente, existen otros, como Efraín Amador, con una obra que merece el respeto de quienes quieren ser treseros profesionalmente. En su caso logró una gran vinculación del tres con la música de concierto. Y esto le dio otro sentido al instrumento, si se tiene en cuenta que a quienes lo ejecutaban se les consideraba artesanos o artistas menores. Con los planes de estudio ideados por él, nos igualaron en cultura general y eso aumenta las posibilidades individuales y también de reconocimiento internacional del tres. Creo que le debo al esfuerzo de mucha gente y les estoy muy agradecido.

A partir de un momento usted se integra al trío Trovarroco en su natal provincia de Villa Clara, ¿cuánto significa para su carrera musical ser parte de esa agrupación de tanto prestigio?

M.E: Mira, a veces ocurren cosas que nos obligan a enfocarnos y resultó que para ser contratado debía graduarme antes y tomé la opción que me quedaba: el Centro de Superación. Allí no había tres, por lo que tuve que especializarme en la guitarra. Fue así que conocí a Rashid López, cuando era mi profesor. Un día me ausenté a clases porque me tocaba trabajar en un colectivo, al cual me había vinculado y Rashid supo que yo tocaba el tres. Me pidió que le hiciera una demostración y quiso que lo acompañara en un nuevo proyecto. Yo siempre lo admiré y lo seguí. Desde entonces comenzó otra perspectiva para mí. Soy fundador del trío Trovarroco, que él dirige, adoro su trabajo y reconozco que me ha formado muchísimo musicalmente.

Sabemos que participó en un disco muy interesante con Pancho Amat, ¿cuál es?

M.E: Este disco se llama “Tres por cuatro” y en el mismo confluimos varios treseros de distintas edades: Pancho, Cotó, Efraín Ríos y yo. Cada cual interpreta con su agrupación: Pancho con el Cabildo del Son, Cotó con Ecos del Caribe, Efraín con su grupo y yo con Trovarroco.

Maikel, resulta revelador que su creatividad le haya motivado a escribir un libro destinado al aprendizaje del tres. ¿Qué nuevos aportes brinda ese texto a la música cubana?

M.E: Yo me siento deudor de todos los que contribuyeron a mi formación y he querido ayudar a quienes se inician, brindando mis conocimientos con lo que considero esencial en el aprendizaje del tres. Lo hago desde mis propias experiencias en ese instrumento, que a pesar de llevar años sonando en tantos conjuntos del arte sonoro en la Isla, es nuevo teóricamente. Es por eso que expongo varias obras del repertorio donde aparece el instrumento. Es, por tanto, un libro práctico y diferente a otros que se han hecho sobre el tres. En él propongo temas con determinado nivel de elaboración, que invitan al alumno a gustarle lo que escucha, a estudiarlo y posiblemente a superar cuestiones técnicas hasta ese momento desconocidas para él.

¿Cómo califica el desarrollo actual del tres en nuestro país?

M.E: Al respecto, estoy viviendo una experiencia muy bonita. Y es que hay mucha motivación en las escuelas de música del país, pues cada día son más los alumnos que seleccionan el tres como especialidad. Imagínese que yo era autodidacta y ahora soy profesor de las academias de arte en Santa Clara, tanto en el nivel elemental como medio. Estoy disfrutando ver cómo los niños bien pequeños quieren aprender el instrumento. Invito a mis discípulos a las peñas, hago concursos y a nivel nacional se respira un ambiente favorable. Ya aprender el tres es un reto que enorgullece a los más jóvenes y a los que como yo un día comprendimos porqué es apasionante.

Y así nos despedimos de Maikel Elizalde, a quien le agradecemos esta entrevista, mientras escuchamos cómo él continúa embriagado por los sonidos peculiares del tres, que marca el ritmo del son en la música cubana.

Por Katia Camejo Montpeller

María Cristina Puentes, intérprete musical convincente en cada escenario

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Nuestra Isla es fértil en artistas que impulsan la música cubana desde rincones casi anónimos hasta grandes espectáculos. Nuestras posibilidades sonoras permiten que cada comunidad posea espacios para deleitar a sus moradores con la presencia de excelentes valores, tales como María Cristina Puentes.

Foto cortesía de la artista

Radio Cadena Habana conversó con esta cantante de altos registros vocales y portadora de un carisma que le permite estar siempre entre las favoritas del público. Escucharla es estremecerse con cada nota, por eso quisimos profundizar en la historia que la ha convertido en la destacada interprete que es hoy.

¿Cómo llegó María Cristina a la música?

M.C: Recuerdo que era una niña y ya me gustaba cantar, siempre fui inquieta y participaba en coros infantiles y en festivales. En el año 1978 me incorporé como aficionada a una agrupación del Sindicato de Trabajadores Químico Minero Energéticos. Fue así como realmente empezó a sonar mi nombre. Esa fue la puerta por la que entré al mundo de la interpretación y del que no pienso apartarme. Luego, fui finalista en la última edición anual del programa televisivo “Todo el mundo canta”, en 1985. Pasé a ser profesional en 1994 y trabajo para la Empresa Provincial de la Música Adolfo Guzmán.

Pienso que una mujer tan temperamental como usted siempre tiene vivencias, de las cuales quedan algunas que la memoria colectiva sabe guardar. ¿Pudiera revelarnos alguna de gran significado en su carrera?

M.C: ¡Cómo no! Yo tuve una experiencia increíble en el año 2011, que bien vale la pena recordar, porque me sorprendió a mí misma. Fue durante el concurso Emiliano Salvador In Memoriam, en la localidad de Puerto Padre, en la provincia de Las Tunas, en el oriente cubano. Luego de varias noches de gala, llegó el día de las premiaciones. Estaban en juego varios lauros y me sentía segura de que podía ganar el de interpretación porque uno se conoce y sabe hasta dónde ha hecho las cosas mejor o peor que los demás competidores. Cuando iban a dar a conocer este premio, anunciaron que la persona que lo había alcanzado era la misma que había obtenido el de la popularidad, y, como es sabido, este último lo otorga el público presente en la velada. Y a ese hay que convencerlo, porque él tiene sus preferencias, que muchas veces son artistas conocidos y allí nadie sabía quién yo era. Por eso se me cayeron las alas del corazón. De pronto, dijeron que era yo la ganadora y eso me dejó temblando. Nunca hubiera imaginado que en aquel lugar, al había ido por primera vez, podía lograr el favor del auditorio de esa forma.

¿Qué género musical prefiere interpretar?

M.C: En realidad soy baladista. Es donde me siento bien, pero canto boleros, canciones, guarachas, sones, salsa, cuplé, tango, merengue. Soy muy versátil, lo único que no pienso incorporar a mi repertorio es el reggaetón.

¿En qué sitios podemos disfrutar del arte de María Cristina Puentes?

M.C: Tengo un espacio en el Teatro Mariana Grajales, en el municipio habanero de Diez de Octubre, todos los primeros sábados de cada mes, a las cuatro de la tarde. Allí me presento con diferentes invitados en un encuentro que se ha hecho muy familiar. También suelo estar en los Jardines de la Uneac. Y hay un lugar con el que me identifico desde hace casi 20 años que es la peña Corazón abierto, en el poblado de Casablanca. Este es los segundos sábados de mes, a las tres de la tarde.

Sabemos que diferentes eventos la escogen cada año para defender un tema o como artista invitada, ¿cuáles han marcado su carrera?

M.C: Te aseguro que para mí lo importante es trabajar siempre, no me gusta estar sin hacer nada. Los que me conocen saben que me organizo y cumplo con todos los compromisos que tenga. Por eso, en el año 2016 asistí a un certamen en el estado azteca de Guanajuato y, más tarde, canté un tema compuesto por Las Diego en el espectáculo del habanero Teatro América, titulado “De la Durcal a la Jurado”. Igualmente, he estado en el Festival Internacional Boleros de Oro y, en otros momentos, contratada en distintos centros nocturnos en ciudades mexicanas donde sigo defendiendo la música cubana.

Talento y expresividad hacen de María Cristina Puentes una vocalista de excepción, a la cual la emisora de la música cubana agradece por concedernos esta entrevista y le deseamos nuevos éxitos en su fructífera carrera artística.

Por Katia Camejo Montpeller

La enseñanza artística en La Habana

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Este 4 de septiembre se inició un nuevo curso escolar en La Habana, como en toda Cuba. A propósito de un acontecimiento tan importante y en favor del interés poblacional, la pagina web de Radio Cadena Habana, emisora de la música cubana, conversó con Cecilia Valdés Piñón subdirectora provincial de la Enseñanza Artística en la capital.

Cecilia Valdés Piñón subdirectora provincial de la Enseñanza Artística en la capital

Cecilia Valdés Piñón subdirectora provincial de la Enseñanza Artística en la capital

Valdés Piñón adelantó que La Habana posee 6 escuelas de arte, de ellas 5 son de música y la restante  de Danza para el nivel elemental. Este año ingresaron a este tipo de  educación más de doscientos educandos para las carreras de danza, piano, violín, viola y chelo, instrumentos de viento, percusión y cuerdas frotadas y otro grupo de treinta por la vía del concurso. Estos últimos son estudiantes que por diversas razones no ingresaron a nuestras escuelas elementales en los primeros grados y lo hacen ahora, luego de un intenso período de preparación por gestión propia.

Conocimos que un grupo de egresados de las escuelas elementales de música estudiarán en los conservatorios capitalinos. ¿Qué características distinguieron el pase de nivel del curso que recién concluyó?

Cecilia Valdés Piñón: Fue un pase de nivel con muchísima calidad y esa es una constante en nuestras escuelas elementales. En el caso de música, del total de egresados un grupo estudiará en los conservatorios Amadeo Roldan y Guillermo Tomás de Guanabacoa y los de mejores resultados académicos lo harán en la Escuela Nacional de Música. A diferencia de años anteriores, en este nuevo curso se incorporaron oficialmente alumnos de otras provincias a los planteles de la capital, para concluir sus estudios. Ello eleva la matrícula capitalina a más de 1 700 escolares.

¿Qué elementos diferencian la enseñanza artística de La Habana de otras regiones del país?

C.V.P: A pesar de regirnos por un programa de enseñanza similar y tener profesores altamente calificados en  todas las provincias de Cuba, en La Habana, por ser la capital de la República, se concentran las escuelas nacionales de Teatro, Danza, Circo y la Academia de San Alejandro, con un significativo número de estudiantes; lo que sin duda engrosa la cifra de alumnos incorporados a nuestros centros docentes. Por otra parte, en las escuelas nacionales de arte de la capital, cien jóvenes estudiaran este curso la carrera de Instructor de Arte en las especialidades de pintura, danza, música, teatro y literatura; esta última reabierta luego de varios años. Como ves, son condiciones diferentes a las de otras provincias marcadas por el número de centros: cinco de ellos nacionales y el número de estudiantes.

¿Existen diferencias y semejanzas en la carrera de Instructor de Arte del actual periodo con respecto a años anteriores?

C.V.P: La carrera se estudiará este período lectivo en las escuelas de arte de nuestra capital, no sucedió así en años anteriores, la misma se estudiaba en las escuelas formadoras de maestros del sistema educacional. Tendrá una duración de tres años y solamente accederán a ella los graduados de duodécimo grado, quienes luego de concluidos sus estudios alcanzarán el nivel medio, aunque dentro del programa educativo tendrán la posibilidad de estudiar varios instrumentos, para después de graduados,  trabajar en los centros educacionales y en las Casas de Cultura de cada territorio. Estos jóvenes recibirán durante la carrera conocimientos de Historia de la Música, de la Danza y del Teatro, en dependencia de la especialidad seleccionada. Es una opción profesional que se retoma después de analizar varias ventajas, entre ellas la necesidad de establecer un vínculo entre los niños de la enseñanza no especializada y las artes, con el propósito de contribuir a elevar la cultura general integral.

¿Cuáles son las condiciones de los centros de la enseñanza artística en La Habana para enfrentar el periodo lectivo 2017-2018?

C.V.P: En lo referido a la escolaridad nuestras escuelas tienen un buen claustro  de profesores, ascendente a 850. Son maestros con mucha experiencia por los años en la actividad, mientras que la base material de estudio está completa. Durante el periodo vacacional se crearon las mejores condiciones de vida en los planteles, se incorporó mobiliario nuevo, y se mejoraron las condiciones en  los laboratorios de computación. De igual forma se mantuvo la estabilidad académica en la enseñanza de los instrumentos, devenida hace varios cursos en  una fortaleza de nuestro sistema. En ella se desempeñan músicos y artistas de primer nivel. Ellos, independientemente de sus compromisos artísticos nacionales e internacionales, son una parte importante en la formación de nuestros niños y jóvenes.

¿En qué medida la escuela elemental de música Paulita Concepción es un referente?

C.V.P: Esta es la escuela que todos quisiéramos tener, con cubículos climatizados y a prueba de ruido, y con un teatro igualmente bien acondicionado. Es el resultado de un trabajo reconstructivo en una edificación del año 1800, situada en la calle Buenos Aires, colapsada por el paso del tiempo. Allí se adecuaron todos sus espacios como centro estudiantil. Con esta labor reconstructiva en más del 90 por ciento de su estructura, rescatamos del total deterioro una edificación patrimonial y ofrecimos a la comunidad un centro de referencia con todas las de la ley para beneplácito de los niños y familiares. Hoy la escuela elemental de música Paulita Concepción, ubicada en la barriada habanera del Cerro, es una muestra fehaciente de los esfuerzos del Estado Cubano por hacer de la educación artística en La Habana un servicio pedagógico de excelencia.

¿En qué otras variantes se apoya este  sistema de enseñanza para garantizar un proceso estable y confiable?

C.V.P: En los estudiantes de la Universidad de las Artes (ISA) de años terminales. Ellos realizan sus prácticas y trabajos de curso dentro de nuestras escuelas, con la finalidad de garantizar la estabilidad del proceso docente.

¿Cómo festejaran las autoridades educacionales de La Habana junto a los estudiantes y a la comunidad la nueva escuela?

C.V.P: Celebraremos allí el acto nacional por el inicio del nuevo curso escolar de la enseñanza artística, que tendrá lugar el 14 de septiembre, a las 6 de la tarde, con estudiantes de todos los planteles de nuestro sistema de enseñanza y con la participación de autoridades educacionales y del gobierno en la capital.

Por María Regla Figueroa Evans

Polito Ibáñez, entre poemas, canciones y sinfonías

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Como un abrazo entre poesía y complejidad musical resultan los conciertos del cantautor Polito Ibáñez con diferentes orquestas sinfónicas de Cuba y de otras naciones.

Su estilo renovador y espíritu inquieto le han permitido presentar al público obras que denotan el estudio profundo de sonoridades contemporáneas unidas a un singular lirismo.

De su incursión en la música sinfónica nació un fonograma, acerca del cual Radio Cadena Habana conversó con el prestigioso trovador.

Músico cubano Polito Ibáñez.

¿Cómo concibió Polito Ibáñez este trabajo?

Este disco se grabó con la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, bajo la dirección del maestro Enrique Pérez Mesa, mientras los arreglos y orquestaciones son míos. Y aunque el fonograma no ha salido al mercado, para no dejar morir el proyecto, realicé conciertos con todas las orquestas sinfónicas del país y con las de varias naciones latinoamericanas. En el integré once poemas que musicalicé y dos canciones compuestas por mí.

¿Cómo se denomina la placa?

Se denomina “Ante tus ojos”, título que toma de una de las canciones que aparecen en el fonograma, la cual es muy aceptada por el público cuando efectúo estos conciertos y me brotó hace algún tiempo a partir de una relación con una pareja que tuve. Habla de las sensaciones que uno siente cuando se enamora. Algo muy especial del disco es la otra composición que la dediqué a la prima ballerina assoluta Alicia Alonso y que nombré “Enamorada del viento”. Me ha dado mucha satisfacción cada vez que la interpreto, pues se ha convertido en un verdadero éxito.

¿Qué hay de diferente en este disco de Polito Ibáñez con respecto a sus anteriores producciones?

Diría que lo peculiar soy yo en ese contexto, asomándome a una muy singular sonoridad, fluyendo como otro instrumento musical que va bordeando la armonía y tejiendo el resultado final. Específicamente canto los poemas que musicalicé, mientras las orquestas me acompañan.

¿Recuerda cómo surgió esta idea?

Pues se remonta a mis años de estudio en el Instituto Superior de Arte, como alumno de actuación. En esa época quise musicalizar los poemas de Eliseo Diego, que, al igual que al peruano César Vallejo, acababa de descubrir y ocupaba un lugar muy importante en mi vida. El proyecto se durmió por treinta años y cuando intenté retomarlo, pensé que debería ser más ambicioso, por lo que decidí insertar a otros autores como Miguel Barnet, Nancy Morejón y Roberto Fernández Retamar (a este nunca le habían musicalizado alguno de sus poemas y casi llora cuando ocurrió). Aparecen también Marilyn Bobes, el desaparecido Bladimir Zamora, Alex Pausides, Carilda Oliver y Reynaldo González, que no se siente poeta pero que la obra escogida se prestaba para hacer algo al estilo de Prokofiev. Incluí, además, a Reina María Rodríguez y Lisa Soto, esta última una joven que no quise que faltara en el trabajo.

¿En lo que esperamos por esta producción discográfica, Polito Ibáñez ha terminado otros discos?

Pues sí. Mi último trabajo que hice con Bis Music se titula “De las manos y los pies” y se ha vendido muchísimo. Tuve la dicha de ser llamado luego por Liuba María Hevia para cantar en su antología “Vidas paralelas”, lo cual me hace sentir superdichoso. Considero más que un privilegio que ella haya seleccionado un tema mío para su fonograma doble. Lo siento como un motor impulsor en mi labor creativa porque Liuba es un referente para la música cubana.

¿Cuál es el próximo trabajo que usted entregaría al público?

Estoy haciendo un fonograma con la casa italiana Art Music, con la cual tengo varias producciones anteriores. Se trata de una labor en ciernes, no tengo aún los títulos, estamos en pleno proceso de creación. La idea es seguir la línea de trabajo con mi banda, hacemos pop rock mezclado con trova y canción de autor.

La emisora de la música cubana agradece a este apasionado trovador por sus palabras. Estaremos al tanto de sus nuevas producciones, con una guitarra al frente de su grupo o cantando en una orquesta sinfónica, pues Polito Ibáñez tiene el don de sorprendernos con temas de grandes valores espirituales donde sobresale su sello de innegable cubanía.

Por Katia Camejo Montpeller.


Vicente López Correa, la mejor música para pintar el humanismo

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La música tiene grandes adeptos entre los artistas de la plástica. Vicente López Correa es uno de ellos. Se confiesa apasionado por el grupo The Beatles y como instructor, en sus clases no pueden faltar melodías de la famosa banda británica.

Lopito, como todos lo conocen, mantiene un taller de enseñanza práctica de las Artes Plásticas denominado René Portocarrero, en la localidad habanera de Marianao. Allí, además, comparte con sus alumnos gustos estéticos y proyectos, mientras escuchan una selección de temas de autores cubanos y foráneos, que tiene el sello de la exquisitez sonora.

Vicente López Correa

Vicente López Correa, artistas de la plástica. Foto cortesía del artista

Hasta el sugerente espacio donde prevalece el rigor profesional y la familiaridad colectiva, llegó Radio Cadena Habana a conversar con este versátil hombre.

Antes de ser profesor, usted tenía ya gran prestigio como artista de la plástica en nuestro país. ¿Cómo recuerda sus comienzos en esa disciplina?

Vicente López Correa: Bueno, si miro hacia atrás, me veo hace casi medio siglo como caricaturista en el semanario Palante. Allí desarrollé mi talento durante algún tiempo. También participé en la realización del filme de animados Vampiros en La Habana. Pero nunca he dejado de hacer mis propias piezas de pintura y escultura. He participado en diversas exposiciones y he impartido clases de arte cubano en universidades estadounidenses. Y hoy me siento honrado por los premios y distinciones conferidos en mi país, entre ellos, La Giraldilla y la Gitana Tropical.

Usted ha sido muy reconocido como artista de la plástica durante toda su vida en diferentes eventos. ¿No obstante, ha mantenido su trabajo como instructor?

V.L.C: Lo primero que le pido que escriba es que yo creo que en el arte nadie se las sabe todas. Por eso necesito dar clases. En esa interacción he aprendido muchísimo de mis alumnos. Para mí es una alegría recibirlos en el taller, donde siempre escuchamos música. No faltan en este pequeño espacio el arte sonoro de Chucho Valdés, Juan Formell, Boby Carcasés, Bola de Nieve o Gonzalito Rubalcaba. Tengo organizada una metodología para que cada sesión se vincule a un conversatorio ético, estético y práctico. Y le aseguro que aquí se trabaja mucho.

¿Qué requerimientos se necesitan para matricular en sus clases?

V.L.C: No soy exigente. Admito personas entre 8 y 60 años de edad. Llegan con intereses diferentes, todos prueban sus capacidades. Y le digo que tengo alumnos regados por el mundo que me agradecen por lo aprendido. Han salido muy buenos artistas, pero también otros no han mantenido la disciplina diaria y han preferido no continuar.

¿Cómo transcurre cada jornada en su taller?

V.L.C: Quienes me conocen saben que soy apasionado de la poesía, la música y otras artes. Para mí es vital mantener una atmósfera natural donde la clase sirva para expresar las opiniones más disímiles. Poco a poco todos van dejándose influir por las sonoridades que me gustan y que les propongo. Recorremos algunos barrios y otros sitios de interés. Los estudiantes van mezclando ideas junto con los conocimientos prácticos. Luego los van reflejando en sus piezas.

Una de las características de su taller es que los alumnos se dan a conocer en muestras colectivas. ¿Qué características tienen esas exposiciones?

V.L.C: La primera surgió como punto de partida para una idea que volveré a retomar. Fue muy importante para los alumnos porque tuvieron el honor de ilustrar la segunda edición del libro La jícara de miel, de Excilia Saldaña, una poetisa cubana fundamental ya fallecida. Mi norma es una muestra anual para que todos expongan y lo hago en distintas instituciones de la ciudad.

¿Se siente satisfecho Vicente López Correa con sus resultados como instructor de arte?

V.L.C: Yo le digo que en el taller se respira ganas de aprender, pero también mucho desenfado. Es esto lo que ha permitido que quienes han llegado sin ningún tipo de conocimiento, se han vinculado al colectivo y poco a poco han descubierto sus propias capacidades. Las clases son completamente gratuitas, pero para mí tienen un valor inestimable, al ver cómo los individuos comienzan a interesarse por ser más cultos. Puedo asegurarle que más que un taller de artes plásticas, es un taller humanista.

Melodía tras melodía, las manos y pinceles ilustran sueños, ideas, imágenes. Ellos crean y crecen guiados por un profesional que gusta tanto de “Veinte años”, de María Teresa Vera, como de “Imagine”, de John Lennon.

Por Katia Camejo Montpeller

Hermis Sánchez, el bolero ante todo

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Decir Hermis Sánchez es una de las mejores formas de nombrar al bolero, pues pocos, como ella, le han dedicado más de dos décadas en un espacio mensual que muchos esperan y disfrutan en la legendaria localidad habanera de Guanabacoa.

Con esta vocalista de fructífera trayectoria artística, conversó Radio Cadena Habana en la peña que un sábado al mes se realiza en el Museo municipal de la antigua villa.

Hermis Sánchez

Hermis Sánchez, cantante cubana defensora del bolero

Sabemos que para usted el bolero es el modo de expresar sus sentimientos al gran público, sin embargo, me revelaba que no fue este el primer género al que le dedicó su talento. ¿Recuerda sus comienzos como cantante?

Puedo decirte que de eso hace unos cuantos años. Era muy niña cuando quedé impresionada con la forma de interpretar Benny Moré y desde entonces me propuse que también cantaría boleros. Luego, formé parte de una agrupación cuando estaba en la secundaria básica y nos destacamos haciendo temas de diferentes ritmos. Cuando cada uno de nosotros tomó su rumbo, yo escogí ser solista y defender la canción romántica a través de este género musical que nos representa a todos los cubanos.

Esta mujer apasionada, temperamental, suma más de medio siglo de ir y venir por nuestra Isla, así como de ser escuchada en la radio y en diferentes escenarios del teatro, la televisión y otras instalaciones culturales. ¿Pero podemos afirmar que hubo una oportunidad muy especial que cambió la vida de Hermis Sánchez?

Efectivamente, participé en el programa televisivo Todo el mundo canta. Fue en su primera selección anual en el año 1980 cuando quedé como finalista y ese hecho me abrió muchas más puertas.

Para llegar a ser la gran vocalista que es hoy, con disímiles premios y el cariño de su público, Hermis se preparó tenazmente con extraordinarios profesores. ¿De quién recibió las enseñanzas que ha sabido atesorar hasta la actualidad?

En 1974 inicié mi aprendizaje con la maestra Isolina Carrillo y al año siguiente comencé otras clases con la profesora Mariana de Gonitch. Pero siempre reconozco a Isolina como alguien muy especial para mi trabajo, pues le debo mi formación artística, mis conocimientos generales como complemento de lo que debía ser en el escenario y fuera de el. Ella llegó a ser parte de mi vida, porque me aconsejaba en todos los sentidos.

Aunque usted se presenta en varios espacios de la capital cubana, sabemos el significado que tiene en su carrera este espacio en el Museo municipal de Guanabacoa. ¿Cómo ha concebido la peña Tardes de boleros?

Imagínese que son casi 25 años cantando junto a mis invitados, los cuales pueden ser de diferentes municipios, pero siempre trato de promover a las noveles figuras. Lo primero para mí cuando pensé en este espacio fue honrar la memoria del gran compositor guanabacoense Juan Arrondo, por eso uno de sus temas “Desde aceras opuestas”, es el que indica el comienzo de la peña. También busco otros lugares para homenajearlo porque muy merecido que lo tiene con sus aportes a la cancionística cubana.

Hermis Sánchez es, además, respetada por su extraordinaria labor como coordinadora de la UNEAC en Guanabacoa, desde donde promociona a los proyectos creativos comunitarios dispersos por la vasta geografía del territorio. ¿Cuánta satisfacción le ha reportado este otro desempeño?

Primero que todo debo decir que me siento muy orgullosa de ser guanabacoense. He defendido mi territorio en todos los lugares donde lo he representado. Mientras tenga fuerzas trabajaré para contribuir a la promoción de los nuevos músicos que surgen en esta villa, reconocida internacionalmente por ser pródiga en hijos ilustres del arte sonoro como Rita Montaner, Ernesto Lecuona y Bola de Nieve.

Estoy muy agradecida de todos los que en nuestra localidad colaboran para que perdure ese legado.

Agradecemos a Hermis Sánchez sus palabras para la emisora de la música cubana y le recordamos que nuestras puertas siempre están abiertas para que se exprese como mejor ella sabe: cantando boleros.

Por Katia Camejo Montpeller





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